#tbting– 5 de Agosto de 1878, es completado el cableado del puente de Brooklyn.
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Une los distritos de Manhattan y de Brooklyn en la ciudad de Nueva York. Se construyó entre 1870 y 1883 y, en el momento de su inauguración, era el puente colgante más grande del mundo (1825 metros de largo, y la luz entre pilares es de 486,3 metros)
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El concepto estructural básico detrás del puente diseñado por John A. Roebling es muy simple: una cubierta está suspendida por cables verticales unidos a cuatro cables estirados entre dos grandes anclajes y levantados por torres altas.
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El concepto no es diferente de una línea de ropa tensada con algunos postes atascados en el medio para evitar que se hunda bajo el peso de la ropa. Pero como en la mayoría de las cosas que son simples de explicar, la fabricación y realización fue todo lo contrario. Los cables son la superestrella de cualquier puente colgante y, en la época de Roebling, los cables tenían que girarse in situ; La escala y la complejidad del puente de Roebling hicieron que se requirieran dieciocho meses de trabajo para completarse.
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Su producción se puede describir con verbos simples y cantidades numéricas, pero la verdad detrás de este lenguaje es una historia heroica. Cada uno de los cuatro cables, que tienen 3578 pies de largo, comprende 5434 alambres de acero trenzados entre sí para formar una cuerda maciza de casi 16 ″ de diámetro.
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En total, los trabajadores hilaron más de 240 millas de alambre en cuerdas que luego enrollaron en los cuatro grandes cables que pesan más de 866 toneladas cada uno, atraviesan el río y sostienen la plataforma del puente.
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Quizás la razón principal por la que el Puente de Brooklyn sigue siendo uno de los puentes más impactantes visualmente en Nueva York (o en cualquier otro lugar) es el juego de las enormes torres de mampostería en juxtaposicion con sus cables de metal comparativamente livianos.
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Las imágenes del siglo XIX que registran su construcción relatan aún más fuertemente que tan grandes y altas son las torres en comparación con la ciudad.
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La aparente ligereza de los alambres y cordones da la impresión de que los trabajadores flotaban en el aire mientras doblaban y hilaban filamentos en cables fuertes en la creación de una de las estructuras más grandiosas e impresionantes del mundo.
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El puente sigue siendo un monumento a las longitudes y alturas (literales) del ingenio humano, la fuerza de voluntad y el valor.